El crecimiento de los “refugiados corporativos” en el mundo de las franquicias
Los refugiados son un tema candente en estos días, pero no todos vienen de otros países. Ha habido un aumento en lo que se ha denominado “refugiados corporativos” recientemente: personas que se preocupan por su seguridad laboral, debido a la economía u otros factores, que buscan otras opciones para traer a casa el tocino. Algunos se convierten en refugiados por elección propia, mientras que otros se ven obligados a convertirse en refugiados cuando son despedidos.
Muchos de estos refugiados corporativos están dejando grandes empresas a favor de comprar una franquicia.
Por qué los refugiados corporativos consiguen realizar grandes franquicias
Mientras que algunos refugiados corporativos pueden decidir buscar otro trabajo o comenzar un negocio desde cero, un gran número de ellos están comprando franquicias. Tiene sentido: porque estos profesionales están acostumbrados a tener procesos y procedimientos en el mundo corporativo, un sistema de franquicias establecido es familiar y seguro, y sin embargo ofrece la oportunidad de convertirse en dueños de negocios.
Comprar una franquicia con una marca conocida no es tan arriesgado como empezar un nuevo concepto desde cero. Hay un historial comprobado de franquiciados exitosos con una marca de franquicia dada, que ayuda a suavizar el riesgo cuando un individuo decide dejar (o es despedido) de un trabajo estable con un cheque de pago constante.
Y debido a que gran parte del trabajo ya ha sido hecho por el franquiciador, puede tomar menos tiempo para llegar a la rentabilidad y el éxito al comprar una franquicia en lugar de comenzar un negocio.
Las personas que han trabajado en el mundo corporativo tienden a ser conocedoras de los negocios, por lo que están bien capacitadas para dirigir franquicias y supervisar todos los diferentes aspectos de la gestión de una empresa, desde la contratación hasta el marketing.
El cambio es positivo
Mientras que algunos refugiados-convertidos-franquiciados-corporativos pueden continuar usando su experiencia previa y habilidades, otros pueden comenzar en un área en la que no tienen experiencia, en un esfuerzo por comenzar con una pizarra limpia. Pueden prosperar en la transición de, por ejemplo, el trabajo como un contador para luego ser dueño de una franquicia de helados.
Salir de una rutina profesional es como una inyección de cafeína al cerebro; aprender nuevas habilidades puede proporcionar entusiasmo después de décadas de hacer el mismo trabajo. Y no importa lo que un refugiado corporativo alguna vez hizo, uno de sus nuevos papeles principales serán las ventas. Ahora será responsable del éxito de su negocio, y eso requerirá que todas las partes de su cerebro se incendien simultáneamente.
El futuro del estado económico puede no ser claro todavía, pero una cosa es cierta: la franquicia siempre proporcionará una válvula de seguridad cuando los empleos son poco seguros.
¿Estás pensando convertirte en un refugiado corporativo?