Qué es una franquicia
Conocer un concepto y todo lo que le rodea nos ayudará en la consecución de los objetivos que lo involucren, y esto aún pasa más en el mundo de los negocios. Por ello, hemos visto de gran importancia que definamos en este post la franquicia, un sistema que se está imponiendo a los negocios tradicionales debido a su menor riesgo y mayores posibilidades de éxito, al basarse en un negocio que ya está funcionando.
En esta entrada desarrollaremos la definición de franquicia, también expresaremos lo que creemos que no es una franquicia para evitar errores de concepto comunes e introduciremos un pequeño gran problema que suele surgir en toda franquicia, el anarquismo en casa del franquiciador. ¡Vamos allá!
Qué conocemos como franquicia
Podemos definir la franquicia como el sistema de comercialización de servicios, productos y/o tecnologías, que está basado en la colaboración continua y estrecha entre empresas financiera y jurídicamente diferentes e independientes: denominadas franquiciados y franquiciador.
En dicha relación comercial, va a ser el franquiciador el que otorgará a todos sus franquiciados el derecho a explotar la idea de negocio, aunque siempre con la obligación de tener que hacerlo en conformidad de los criterios del franquiciados y del concepto.
Dicho derecho otorgado va a autorizar al franquiciado poder utilizar el servicio, la marca de los productos, el distintivo y otros derechos de propiedad intelectual poseídos por el franquiciador, como intercambio de una contribución económica indirecta o directa que haya sido pactada en el marco legal de un contrato escrito y firmado previamente por ambas partes.
Qué no es una franquicia
Además, también debemos comentar para ahondar más en el tema que, además de ser una colaboración continua y estrecha, el franquiciador no puede abandonar a su suerte a los franquiciados en el mercado con la única pretensión de conseguir un beneficio cada X tiempo, ya que en ese caso se trataría más de una sucursal o de una agencia, que de una franquicia.
Las centrales franquiciadoras con capitales sociales invertidos en los negocios de los franquiciados o que tengan miembros en el consejo de administración que se repiten en la franquicia tampoco pueden considerarse como franquicias al no respetar la estructura financiera y jurídica, aunque perfectamente podrían ser negocios rentables.
La difícil tarea de evitar el anarquismo en casa del franquiciador
El franquiciado tiene la obligación contractual de intentar desarrollar el negocio según los acuerdos y criterios que le ha marcado el franquiciador, y mirándolo desde un punto comercial desde el punto de vista que le ha funcionado previamente a dicho franquiciador. Y esto no es tan fácil como parece, ya que muchos franquiciados adquieren la tendencia espontánea de empezar a ser algo anarquistas en la casa del franquiciador.
El franquiciado debe ser la imagen y semejanza del franquiciador por derecho, obligado a permanecer en el concepto general de la franquicia tras firmar un pacto en el contrato que evite que el franquiciado se convierta en un proveedor en vez de ser una franquicia. Además, hay que considerar que el negocio de estos debe estar sujeto a pago de royalties y cánones.
¿Ya conoces mejor la definición de franquicia?